La pantomima de la cuerda:
Cuando no sabes si estás trepando o si tiras de ella hacia arriba con un peso atado.
Si trepas, vas viendo moverse debajo de ti esa superficie sobre la que te apoyas; en cambio, si tiras hacia arriba de la cuerda con un peso pesado atado a ella, al final tú te resbalas sobre el suelo. Llega un momento en el que te acostumbras tanto a trepar para subir a flote durante tanto tiempo, que cuando estás arriba no te das cuenta de que estás arriba y estás tirando de todo el peso que llevas arrastrando.
Comienzas a ver la cuerda rasgada, tus manos están llenas de astillas y cortes, ensangrentadas. Pero tú estás bien, respiras y pisas sobre suelo firme. Miras al lado y ves que no estás sola, que has tenido unos apoyos fundamentales.
"DEJAR SALIR ANTES DE ENTRAR"
Esa es la frase que me impacta esta mañana, me viene cuando voy a hacer la lavadora antes de desayunar y terminar de limpiar el baño y los suelos.
Dejar salir antes de entrar, terminar una cosa antes de embarcarse en otra. Tengo la atormentada facilidad de comenzar mil cosas a la vez y no terminar casi ninguna. He decidido elegir con todo el amor del mundo.
Y pienso en este blog. Ya casi dos años desde que vine aquí a intentar salvarme, a clavar las uñas en la pared para no seguir cayendo. De algún modo vine aquí a salvarme del dolor que algunas personas externas me producían.
Se dice mucho, y banalmente, que tú tienes el poder de conseguir que algo externo no te duela. Pero no es así del todo. Hay que conseguir una fuerza interna como para no dejar que te afecten algunas cosas; pero a veces, por desgracia, hay personas cuyo objetivo es destruirte y disfrutar de tu dolor, que tengas que pedirles permiso para vivir tu jodida vida. Si alguna vez te ocurre, y percibes una luz de gas como un castillo, no dudes jamás en pedir ayuda.
No te quedes con esa sensación de que te hagan la película de tu vida como si tú no hubieras estado allí. No dejes que te digan que exageras, o que te duele todo demasiado cuando no saben qué camino lleno de clavos has tenido que ir pisando.
Dos años después, me paro a esta altura de la falda de la montaña y oteo el horizonte. La vista desde aquí es muy distinta y hay mucha luz. La oscuridad la dejé en los mismos lugares donde habitaban los dementores.
La madurez no existe, y si es así debe ser algo parecido a aprender todos los días de tu vida, hasta que te mueras. Ser consciente de que cuanto más conoces, menos sabes.
Estudiante de mucho, experto de poco.
La existencia debe ser algo así como aceptar que en esta vida pasamos la mayoría del tiempo sobreviviendo y no disfrutando porque cargamos con mochilas que debimos soltar hace mucho tiempo.
Renacer, recomenzar... Todo eso suena precioso, pero estoy tan cansada de arrastrarme a mí y al peso pesado, que he decidido soltar. Dejar salir antes de entrar.
Despedirme –no sé si definitivamente, pero al menos sí por ahora– de este blog que me ayudó a subir a flote y continuar mi camino por otras sendas: mis canciones, otro blog de poemas, mis demás aprendizajes con la pintura y la trompeta... Siento que todas las razones por las que vine aquí ya no existen, o al menos de ese modo.
Ha sido muy bonito ver que este sitio no era un lugar baldío, los mensajes y las personas que cada domingo nos hemos juntado aquí. Este lugar me ha regalado momentos con personas que nunca jamás pensé.
40 me parece un número bonito para decir adiós, o al menos hasta luego.
Han sido 2 años muy intensos, aquí he escrito de manera automática y sin corregir ningún texto, eso me ha ayudado a aceptar mis errores e incoherencias, los cambios de perspectiva y pensamiento. Nadie somos la misma persona pasados años por encima, y si lo somos, tenemos un problema.
Continúo mi camino en Boscal, esto empieza ya :) Espero que podamos encontrarnos aquí, escríbeme si vienes desde aquí <3
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