domingo, 27 de junio de 2021

5. Pero no pasa nada.


Este domingo ha comenzado de un modo extraño, pero para comprender mejor lo que quiero decir, voy a recapitular brevemente...


- Inciso, he cambiado la tipografía porque me gusta muchísimo más esta, espero que no sea un drama a la hora de leer-


He de confesar que el inicio del domingo me ha resultado como si alguien me planchase desde el rostro hasta los pies. Pensaba que una ducha me despertaría y dejaría menos obtusa, pero entre el antihistamínico, la inminente llegada de la "monstruación" y la ducha, me he quedado como una pasa con patas que se arrastra de la dicha a la ducha y de la cocina hasta la purpurina imaginaria.


Mientras comía y ponía los garbanzos a cocer me daba cuenta de que esta semana ha sido particularmente grotesca en cuanto a sueños se refiere. Desde personas del pasado que me hicieron mucho daño y que es mejor que se queden en el pasado, como también una persona que ya no está. En este último sueño recuerdo algo así:


-¡Venga!-. Me exclamaba mientras me retiraba el plato de comida. 

-Pero... Si estoy mojando el pan en la salsa, no me lo quites, jo... -sería su cara, pero su actitud era totalmente diferente. Nada que ver con ella.

-¡Tenemos que irnos, ya!


Me desperté. Me desperté y pensé que dónde tendríamos que irnos tan aprisa... 

En otro sueño veía a un pieza del pasado con el que tuve la aventura inesperada de compartir piso. Uno de tantos piezas, para qué mentir. En el sueño aparecía, me sorprendía de verle pero es que alrededor había gente hablándome muy pesada, eran casi todos viejos verdes babosos y otra gente con cierta estela de aires turbios. Cogí las llaves de su casa y huí a su madriguera. Total, mejor lo malo conocido que lo bueno por conocer... 


Y antes de aterrizar en el día de hoy, soñé con un amigo con el que he tenido la suerte de compartir momentos desde Salamanca, hasta Zaragoza y Madrid. En el sueño me decía algo así como:

-Titi, hace mucho que no marujeamos, ¿qué tal vas?- me decía él.

No recuerdo muy bien el resto del sueño, pero al despertar me di cuenta de que hoy era su cumpleaños. Menuda casualidad, son estas cosas raras que pasan y te conectan con las personas de otro modo...


Estos sueños raros me dejan un poco KO. No sé realmente si esto le pasa mucho al resto de la gente, a mí a veces lo sueños me resultan tan reales que no soy capaz de volver a la realidad algunos días. Y bueno, como sueñe contigo y me hayas hecho algo malo en el sueño, ya puedes decirme durante el día que me quieres un montón, que voy a estar de morros todo el día y no por ti, sino por la sensación que esos sueños han dejado en mi cuerpo al despertarme. 


Esta semana twitter está que regala más odio e ignorancia que nunca. Es una penica, me dan ganas de borrarlo definitivamente. Total, a mí twitter hace años que dejó de parecerme un lugar agradable y no uno hostil. 

Me han quedado unos garbanzos tan blandicos que me sale como un poquito dignidad en centímetros.


Lo más difícil de la semana fue el momento de sentirme como un pollo sin cabeza una vez más. Pero no en el sentido peyorativo del estrés, sino de sentirse inútil y ser hasta graciosa. Estaba anocheciendo y regando las plantas un día de diario. Me topé con una enredadera que hacía mucho que no regaba y como ya habían pasado las tormentas era el momento indicado de regarla. En resumen, resulta que al mojar con la manguera el tiesto de la planta, comencé a ver a 3 gorriones muy pequeñitos salir corriendo, del mismo modo que yo me sentí un pollo sin cabeza. Les había asustado y ellos aún no sabían volar, solo sabían correr con las alas estiradas y caerse hacia los lados... Corrí a cerrar la manguera para no liarla y me puse a buscarlos con linterna y mucho cuidado de dónde pisaba mientras se iban apagando los últimos tintineos de luz solar. Solo conseguí encontrar a uno, estaba muerto de miedo y como no quería apretarle entre las manos se me escapó dos veces intentando volar.  Encontrarlo la última vez resultó difícil porque se escondió entre unas matas silvestres y buscarle era como buscar una aguja en un pajar mientras cuidaba dónde pisaba. Finalmente decidí cogerle y ser firme haciendo cavidad con la mano arriba para que no saliera pero sacara la cabecita. Le dejé al lado de su nido. Y vi como su madre estaba piando en su búsqueda. Pero ya no podía tan a oscuras seguir buscando a los pobres pequeñajos, o no los encontraba o podía pisarlos. Al día siguiente ninguno de ellos estaban. Quizás me dejé llevar por las ganas de devolver al pequeñín con su mamá y a lo mejor hubiera sido más saludable para su destino haberlo alimentado por la noche y mover su nido a un lugar más alto para que su madre lo encontrara al día siguiente.



A veces, con los nervios, no actuamos con cabeza. Probablemente fueran esos tres polluelines alimento de gatos aquella noche. Sin duda alguna sentí en primera persona ese desastre que es el ser humano, que destroza todo lo que toca a su paso. Lo mío fue un accidente, sin duda no iba a espantar a esos gorriones de forma premeditada, sé que otra persona no hubiera ni dedicado esa hora que estuve con linterna buscando a los 3. Me dolió mucho. Aquí se ven gorriones, tórtolas, golondrinas, estorninos, hay cigüeñas, avutardas... En épocas de migración se ven pasar las bandadas, también se escuchan las aves nocturnas...



En el campo el silencio es otra cosa. El silencio no existe si no te vas al espacio. Pero el silencio en el campo es tan bonito y transmite tanta paz que da igual si es domingo, lunes o miércoles. Porque trabajas igual, aquí no existe el domingo de descansar de proyectos, ni tampoco existe el lunes de estrés a las 9 de la mañana. Tampoco existe el viernes y el sábado de salir a darlo todo y beberte hasta el agua de los floreros. Aquí la música de las aves es continua y calma y, si un miércoles quieres hacer tu propia fiesta en casa, puedes tomarte unas cervezas, ponerte música y bailar un rato en el salón o tomarte la vida con más lentitud y plenitud. 



Sobre el silencio y la soledad hablaré otro domingo. Hoy solo me apetecía decir que esta semana ha sido muy rara, pero no pasa nada. 


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