Escucha esta canción en bucle mientras lees. 💚
Llevo días dándole vueltas a la idea que nos inculcaron de la belleza, la simetría, el pelo así o asao, los dientes, la nariz, los ojos -si los tienes azules parece que tienes pase VIP a la sala de “Lxs guapxs” y en muchas ocasiones la sala de Prepotencia también se abre para ti-.
Recuerdo mi adolescencia como una época bastante idiota, pero con un listón sin duda nada que ver con ese canon de belleza. Desde siempre me gustaron los dientes descolocados, las narices prominentes, las gafas y los ojos oscuros.
Sólo me gustó un chico de niña de ojos azules, sorpresa: a los años fue mi pareja. Sorpresa: salió rana. Sorpresa: odio los ojos azules. Está mal ser pareja de quien idealizaste de niña. No es tu príncipe azul, puede ser un auténtico capullo, no lo olvides. Hay algo que me resulta extremadamente atractivo y que no se ve, las neuronas en movimiento. La forma en la que vemos el mundo, la sociedad, la forma en la que nos gusta ayudarnos y salir del lodo. Con los años, cierto es que me doy cuenta de que no considero que mis parejas hayan estado precisamente fuera del canon de belleza establecido por la sociedad, aunque el amor es ciego, para mí en su momento me parecieron las personas más bonitas del mundo, lógicamente.
No sé en qué momento nuestro cerebro hace crack, decidimos tomar introspección y elegimos la soledad, algo hay roto en esa percepción de belleza, vuelvo a la adolescencia en la que mis amigas me decían que tenía un gusto bastante pésimo. La verdad es que parte de razón tenían, en mi carpeta negra en la que pegué fotos de mis grupos favoritos en aquel entonces había una de Marilyn Manson.
¿Ves cuando te sientes extraño por no encajar en la sociedad y tener los mismos gustos o criterios generales? Pues algo así me debió de suceder cuando me echaron de Tinder, por ser un perfil anónimo. Me encanta que me echasen de una app por ser anónima sin faltarle el respeto a nadie. Cuando lo he utilizado ha sido meramente para saber qué tipo de personas se movían por ahí, cómo hace la sociedad para ligar o conocer a otras personas. Es evidente que este capítulo no va de cómo fue #strinderthings, eso vendrá más adelante. La cosa más buena que saqué de ahí es que algunas risas me eché. Pero no todas las personas tenemos los mismos gustos y necesidades, eso hace que no necesitemos aplicaciones para todo.
Echo de menos hablar con gente como antes de la pandemia, ver sus dientes descolocados y su nariz aguileña, echo de menos los abrazos aunque adoro adivinar las sonrisas bajo las mascarillas. Echo de menos ver caras guapas en gente que para muchos son caras feas. Eso sí, adoro mi soledad, no hay belleza que hiciera rendirme a los pies de nadie y sentirme enganchada o atada mientras estoy alzando el vuelo. Y eso también es belleza.
Dicen que la gente que te mira los dientes es porque te quiere besar, yo miro dientes desde niña, como si fuera un fetiche, también me gusta mirar los zapatos o cómo te queda el pantalón o el color de una camisa. Te miro los dientes porque me encanta mirar los dientes, no porque quiera besarte.
Y hasta aquí mi podcast, porque este domingo precioso me ha regalado una uña del pie partida por la mitad. Gracias, 2022. Yo también te esperaba con ese ansia. Para renacer hay que morirse un poco. Gracias, a la música, por salvarme siempre y ser ese lecho donde reposar las emociones. Me gustan los aviones.
Muy acertada la selección musical, es inquietante.
ResponderEliminarGracias por tu comentario y estar ahí cada domingo 💚 Me alegra mucho que te haya gustado la canción 😊
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