Para escuchar mientras si quieres Iseo - El camino.
Cada persona es un mundo, sus circunstancias, intereses y debilidades. Durante la Historia más cercana conocida (y seguro que por mi desinformación desde siempre) la religión inunda las culturas y creencias de las personas y por ende comportamientos sociales, aunque incluso no seamos personas religiosas.
Si los dioses no tuvieran un séquito de creyentes las religiones no existirían. El Anticristo de Nietzsche bien explicaba que el hombre crea a dios y es quien lo destruye, mencionarlo aquí no es con el fin de hablar de filosofía, ni siquiera de filosofar, sino de trazar un pensamiento tan dominguero que te corte la siesta. Así, por joder. A dios no le importa que creas o no en él, qué más da, nadie puede demostrar que exista o no.
La ciencia, biología, química, física, matemáticas... (por cierto, inciso, son femeninas, ¡ja!) A ellas les da igual que creas en ellas o no, que las entiendas o no, te van a aplastar igualmente en tu existencia, te jodes; por mucho que las niegues ellas van a joderte la vida a ti, que las niegas, que te escabulles pensando que si no crees en ellas no enfermarás, ni vas a morir. La ciencia es una doctrina, dicen... Pues mira, si lo es bendita sea para que me ayude a entender mejor el mundo en el que vivimos y lo ínfimamente pequeños que somos. Es como quien niega que la tierra sea redonda en pos de una superficie plana, quien niega que las estrellas no emiten luz propia o quien ha visto “the good place” y se lo ha tragado. A la tierra le da igual que creas o no en el calentamiento global, que seas consciente de que reciclar no es suficiente sino no consumir productos de plástico con tanta frecuencia y reutilizar todo lo posible. Claro que al planeta le da igual, va a seguir girando y se va a reír de ti cuando mueras por egocéntrico, porque tu opinión a la ciencia – que al final es nuestro funcionamiento y forma de vida – le va a dar igual y va a seguir su curso. Y si contribuyes a destrozar la vida alrededor a la flora y la fauna el que va a morir en peores condiciones serás tú, por supuesto que al planeta le va a dar absolutamente igual, a quienes no les va a dar igual es a tus hijos o a tus nietos, porque van a respirar mierda. Y van a comer “vaya usté” a saber qué, por no ser más soez.
Con tanta tecnología y tanta sobreinformación nos hemos vuelto expertamente idiotas, sí, idiotas. Pero de forma expertamente cuñada. Fui de las personas ilusas que pensó que saldríamos mejores y más unidos de esta pandemia. Y al final de todo esto veo la máxima dicotomía que ya percibía hace años. Cada día veo noticias relacionadas con el año 2023 se me revuelve el estómago y recuerdo aquel sueño que brevemente narré en la primera entrada de este blog . Volviendo al hilo, no hemos salido mejores, en cuanto a unidos se refiere, qué va... Seguimos igual de polarizados y separados, unos llenos de amor y otros de odio, unos más egoístas y otros con más sentimiento de cuidar a la manada, porque cuidarte tú, es cuidar a los de al lado.
Algunos ya sabíamos disfrutar de la soledad antes, sabíamos enfrentarnos a la ansiedad, a la angustia de no aguantarse un día a uno mismo, pero hemos aprendido y mucho a desarrollar la paciencia, a soltar mierda incomprendida en twitter pero no a ser una persona que va predicando con lemas anti bullying pero luego se dedica a ir contestando de malas formas por redes a otras personas con el fin de amargarlas. Los amargados han crecido en número. Y la verdad, faltan una infinidad de psicólogos por seguridad social, yo hace tiempo he perdido el tanto y no sé ni a qué deporte estamos jugando. Cada día observo más faltas en la educación, el respeto, la empatía y la humildad de callarse antes de meter la pata y hacer daño, con lo fácil que es preguntar primero... No podemos opinar sobre los derechos de otras personas como si tuviéramos el mismo derecho que a comentar lo que ha subido todo de precio, que una cosa es la sandía y otra el sufrimiento ajeno.
Los adultos que de niños no hicieron nada en el patio del colegio mientras otros se pegaban eran culpables por callar o animar la pelea, si nunca tenías un problema enhorabuena por ti. Pero solo quiero reflexionar sobre este patio de adultos, plantearnos quiénes fuimos en el colegio y quiénes somos ahora ayuda, no es fácil volver atrás y recordar, seguro que hay mil cosas de las que nos arrepentimos, seguro que a todos nos han hecho daño y lo hemos hecho, la cuestión es si queremos ser mejores personas o terminar de destrozarnos los unos a los otros con nuestras pesadas y punzantes mochilas. Durante estos años me he autocensurado mucho con el miedo a que expresarme hiciera daño a otros, porque a mí me han hecho muchísimo daño y yo también lo he hecho. Porque hablamos mucho y pensamos poco en el de al lado, dónde quedó saber escuchar y aprender de los demás... Malas noticias, la vida es una escuela hasta que llega tu hora.
No hay comentarios:
Publicar un comentario